El pasado domingo 18 de mayo, la Ciudad de México fue testigo de una marcha contundente en memoria de la Nakba, a 77 años del desplazamiento forzado de más de 700,000 palestinos tras la creación del Estado de Israel en 1948.

Nakba significa catástrofe en árabe. Hoy, su conmemoración no es solo un acto de recuerdo: es un grito político contra la ocupación, el colonialismo y el genocidio en curso.
Desde el Ángel hasta el Zócalo: una marcha de dignidad
La movilización partió a las 3:00 p.m. del Ángel de la Independencia y llegó al Zócalo capitalino. A pesar de la lluvia, cientos de personas marcharon portando kufiyyas, banderas palestinas y pancartas. Se escucharon consignas como:
- “Desde el río hasta el mar, Palestina vencerá”
- “No es una guerra, es genocidio”
La marcha fue encabezada por Nadya Rasheed, embajadora de Palestina en México, quien caminó junto a activistas, organizaciones sociales, colectivas feministas, sindicatos y comunidades solidarias.
Un discurso que no se calla
Ya en el Zócalo, Rasheed tomó el micrófono y habló con firmeza:
“No vamos a parar y no vamos a rendirnos. El pueblo palestino jamás dejará de exigir su libertad, dignidad y derechos. Nunca nos van a silenciar.”
También agradeció la solidaridad del pueblo mexicano y llamó a no guardar silencio ante los crímenes cometidos en Gaza. La diplomática cerró con una frase poderosa que retumbó en la Plaza de la Constitución:
“Cuando llegue el día, la historia recordará quién luchó, quién marchó y quién no tuvo miedo.”

Solidaridad activa, no solo simbólica
Durante el evento, activistas mexicanos entregaron un documento en apoyo al litigio de Sudáfrica ante la Corte Internacional de Justicia, que acusa a Israel de genocidio. La movilización contó con la participación de la CNTE, el Movimiento Mexicano de Solidaridad con Palestina, y colectivos como Solidaridad con Palestina en México, entre muchos otros.
Más que una marcha, fue un acto de resistencia colectiva que vinculó la lucha del pueblo palestino con otras luchas globales contra el imperialismo, el racismo y el colonialismo.
La Nakba continúa hoy. La resistencia también.
Palestina no está sola. Desde México: memoria, lucha y boicot.

