No Other Land: El cine que grita lo que muchxs quieren callar

A veces el cine es puro entretenimiento, pero a veces es mucho más: una herramienta de resistencia, un grito de denuncia, una forma de decirle al mundo que hay historias que no pueden seguir ignorándose. Eso es No Other Land, el documental que acaba de ganar el Óscar y que pone sobre la mesa una de las injusticias más grandes y silenciadas de nuestro tiempo: la ocupación de Palestina.

Subtítulo: Un documental que duele y despierta

Este documental no es solo un relato más sobre el conflicto en Medio Oriente. Es un testimonio en primera persona de lo que significa vivir bajo la ocupación israelí. Dirigida por Basel Adra, Hamdan Ballal, Yuval Abraham y Rachel Szor, No Other Land sigue la lucha de Adra, un activista palestinx que ha visto cómo el ejército israelí destruye su pueblo una y otra vez.

Pero lo que la hace distinta es que no es una historia contada solo desde Palestina. También está Yuval Abraham, un periodista israelí que, en lugar de mirar hacia otro lado, decide documentar la brutalidad del sistema en el que nació y creció. Juntxs crean algo poderoso: un documental que no solo muestra la violencia, sino que también evidencia la complicidad de muchxs que prefieren el silencio.

Subtitulo: El cine como acto de resistencia

Que No Other Land haya ganado un Óscar no es un simple premio. Es un golpe al discurso oficial que lleva años justificando la ocupación como un “conflicto entre dos partes iguales”. No lo es. Y este documental lo deja clarísimo.

Mientras los gobiernos de Occidente siguen apoyando a Israel sin cuestionar nada y los medios tradicionales maquillan la realidad, el cine se convierte en una forma de contar la historia desde lxs que la viven en carne propia. Y ahí está la verdadera fuerza de esta película: nos obliga a ver, a escuchar, a cuestionarnos.

Subtítulo: ¿Por qué esto importa (y qué podemos hacer)?

El cine no cambia el mundo por sí solo, pero puede abrir conversaciones y sacudir conciencias. No Other Land nos recuerda que la historia de Palestina no es solo un tema de derechos humanos, sino de justicia global, que la ocupación sigue porque hay gobiernos, empresas y medios que la permiten. Y que si de verdad queremos hacer algo, no podemos quedarnos en la indignación pasajera.

Ver este documental está bien, pero lo importante es lo que hacemos después. ¿Vamos a seguir ignorando lo que pasa? ¿O vamos a informarnos, compartir, cuestionar, apoyar a lxs que luchan?

La historia no se cambia sola, y cada unx de nosotrxs tiene un papel en esto.

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